viernes, febrero 11, 2005

Cómo ser scout(er) y... no morirse de la angustia.

Sábado en la tarde. Dan las 6 y tu te encuentras cerrando tu junta alegremente. Estas super feliz por que acabaste una sesión más con tus chavos (o chavas) y estos se la pasaron super durante las actividades (o al menos.. das gracias a Dios por que esta vez no hubo brazos rotos, ni atropellados, ni golpeados, ni gente quejandose). Y cuando por fin dicen oración, recogen bandera y dan su Grito de Sección.. entonces de repente se te viene a la mente algo que hace que la sonriza, y la alegría y la satisfacción (y hasta las plegarias que le estabas dedicando al señor en agradecimiento por lo de los brazos rotos) se te esfumen de la cara: Tienes Consejo de Grupo.

Y es aquí donde tu Sábado perfecto comienza a parecer una pelicula de terror, por que ahora te toca verle la cara al Mounstro del Pantano Verde que hay por Akela, y ni se diga de la Llorona que tienen de Jefa las Troperas, huy... y ni mencionemos al Señor Burns que es el Tesorero. Total, con toda la resignación del mundo agarras tus chivas, te despides de tus muchachos (o muchachas) con cara de se acabó el mundo y te diriges (típico) a la cafetería más cercana (digase Sanborns, Vips, California, o Café de Chinos).

Al llegar te encuentras con que todos ya están ahí, todos con la expresión de quien disfruta la carnicería, y te preguntas por que demonios serás tu el único al que no le agradan los Consejos de Grupo. A alguien se le sale el comentario oportuno de -- Nada más te estabamos esperando a ti para comenzar (y para variar jeje por que siempre eres el que llega hasta el último.. por que será?) -- No te fijaste quien pero seguramente el del comentario fué el Jefe de Clan quien, para colmo.. no te traga, y te está poniendo una mirada que casi hace que se te caigan los chones del susto. Tomas tu asiento, junto a la Llorona claro está, y con toda la calma del mundo sacas y abres tu carpeta de sección. Llega la mesera y te pregunta si vas a ordenar algo. Te acabas de acordar que tú, como buén Jefe de Comunidad y estudiante universitario no traes ni para regresarte en el camión; miras a la mesa y ves que todos han ordenado cenas abundantes (claro... el Jefe de Tropa segurito anda cenando con las cuotas de su sección) y terminas pidiendo tu café proletariado. Llega el momento de la Oración del Jefe para comenzar el Cosejo. Te levantas y la repites como toda buena letanía junto con todos los demás. Al momento de irla pronunciando, te acuerdas que olvidaste la hojita del reporte de tu sección en el escritorio de tu cuarto (aunque honestamente, de haberla traído habría sido lo mismo.. pues ni la habías llenado) y ahora si, te entra la angustia y la desesperación. Terminas de decir tu oración, todo mundo se sienta y tu nadamás te quedas mirando tu café. Te persignas, te encomiendas a Diosito y esperas que este Consejo se terminé lo más pronto posible, o esperas al menos, que a la Jefa de Tropa se le ocurra de nuevo agarrarse del chongo con la Jefa de Clan (ya sabes.. ambas compartieron de novio al R.S. más viejo del grupo) para que todos se distraigan y se les olvide tu sección.

¡Felicidades! otro Consejo de Grupo más ha comenzado.