jueves, enero 27, 2005

Como ser scout y... no quedarse en el intento.

En la Comunidad de Caminantes...
Lo primero que piensas en cuanto te levantas en la mañana para irte de excursión o campamento es en la tremenda flojera que te cargas. Después empiezas a pensar en que no tienes la mochila preparada, en que tu uniforme está en el fondo del bote de la ropa sucia y en el peor de los casos, en que tu mamá todavía ni sabe que te vas a ir todo el fin de semana. Ya que te despejas tantito y empiezas a alistarte para irte, te viene también a la mente que el día anterior se te olvido irte a comprar tu comida, y que el dinero te lo gastaste en cochinada y media (dulces, maquinitas, cerveza... ¿tú sabes no?). Así que inmediatamente avientas todo y bajas a ver que asaltas de tu alacena, aunque como siempre, no hallas mas que una sopa maruchan, las pechugas empanizadas del día anterior, y si te va bién, una leche abierta de dos días.
Ya que a las 500 preparaste todo, te uniformaste (nótese que el uniforme no va planchado), y por fin lograste conseguir que tu papá se levantara para irte a dejar, sales tranquilamente de tu casa para dirigirte al lugar de reunión. Con toda la calma pasan con la señora de la esquina a comprarse una torta de tamal y hasta se detienen en la farmacia a comprarte unas pilas pa´ tu lámpara. ¿Y qué pasa cuando llegan al sitio donde todos se quedaron de ver? Pues pasa que ya todos se fueron y se olvidaron de que tu ibas a ir... osea, ¡te quedaste!
Para la siguiente, mejor asegúrate de que la señora de los tamales no se tarde tanto en servirte el atole, y que a tu papa no se le ocurra detenerse en los altos por que si no, te vuelve a pasar y ora si va a ser puritita culpa de ellos, ¿apoco no?.

No hay comentarios.: