jueves, enero 27, 2005

Como ser scout y... no romperse en el intento.

Típico, cuando uno se vuelve Scout parece que se despierta una fiera hambrienta de comprar y comprar cualquier cosa relacionada con el campismo y cualquier otra chucheria que te sirva pa´ presumir que sabes acampar, hacer rappel, sobrevivir a las mas duras inclemencias del tiempo, y levantar un castillo en medio del bosque con todo lujo de comodidades. De repente ya eres todo un experto en tiendas de campaña, te sabes las marcas de todos los tanquesitos de gas de cocineta y hasta sabes donde ir a comprar tu papel paca y palmo exclusivo pa´ campamento (afortunados de aquellos que entiendan que es el papel paca y el papel palmo).
Pues bien, a veces este indiscriminado campi-consumismo se torna malévolamente en contra de ti y te hace pasar las penas más horribles y todo, por no haberte comprado la mochila que viste en el tianguis… Por que? pues por que de repente a tu mochila importada de Checoslumbria se le pierde la varilla de seguridad que protege la zona occipitagonal de la espalda, y sin la cual, tu mochila te lastima bárbaro el trasero. O por que un día después de comprarte tu cangurera archi-ultra-impermeabilizada te das cuenta de que no le cabe ni la mitad de tu equipo de bolsillo y que le tienes que coser una bolsita extra por la cual se le cuela todititita el agua; y "pior" aún, en tu primer campamento donde por fin vas a estrenar tu tienda de campaña aerodinámica y meteorológicamente diseñada para soportar las condiciones mas extremas (dígase olor a pies de clanero, humo de fogata, entre otros…) resulta que llegan las lobeznas a las seis de la mañana (típico, no se levantan para la escuela pero que tal madrugan en campamento) y a una se le ocurre patear una estaka y PUM!!!!!! Que se te cae la tienda... y que se ROMPE…
Moraleja… si tu equipo de campismo no dice en la etiqueta que es A PRUEBA DE MANADAS, olvidalo, no sirve, mejor vete por la mochila del tianguis.

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